domingo, junio 1, 2025
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Relojes inteligentes, la nueva herramienta de los estudiantes para eludir prohibiciones escolares

Con el aumento de escuelas que prohíben el uso de teléfonos móviles en sus instalaciones, los relojes inteligentes han emergido como una solución para estudiantes que buscan mantenerse conectados sin romper las reglas. Sin embargo, este fenómeno plantea nuevas preocupaciones entre padres, educadores y expertos en tecnología, quienes advierten sobre los riesgos asociados con el uso de estos dispositivos entre menores.

A primera vista, los relojes inteligentes parecen una alternativa práctica: permiten a los estudiantes enviar mensajes, hacer llamadas y acceder a internet sin necesidad de un teléfono. Muchos padres los eligen como un “cordón umbilical electrónico” menos invasivo, ya que brindan tranquilidad al estar en contacto con sus hijos mientras estos están en la escuela. Pero esta creciente tendencia tiene un lado oscuro.

Expertos en desarrollo infantil advierten que, al igual que los teléfonos, los relojes inteligentes pueden convertirse en una fuente de distracción en el aula. Además, su diseño compacto y funciones avanzadas dificultan a los docentes supervisar su uso. “Estos dispositivos no son solo relojes; son pequeñas computadoras que pueden usarse para acceder a redes sociales, juegos o incluso contenido inapropiado”, señala una investigación publicada recientemente.

Otra preocupación es la privacidad de los niños. Muchos relojes inteligentes recopilan datos como ubicación, actividad física y hábitos de uso, lo que podría poner en riesgo la seguridad de los menores si la información cae en las manos equivocadas. “Los fabricantes deben ser más transparentes sobre cómo protegen estos datos y cómo los utilizan”, comenta un especialista en ciberseguridad.

A medida que la popularidad de los relojes inteligentes crece, las escuelas enfrentan el reto de adaptarse a esta nueva realidad. Algunos institutos han comenzado a incluir estos dispositivos en sus políticas de prohibición, argumentando que su uso interfiere con el aprendizaje y podría convertirse en una nueva distracción. Otros, sin embargo, optan por integrarlos en las aulas como herramientas educativas, apostando por un enfoque que fomente el uso responsable de la tecnología.

La pregunta queda en el aire: ¿son los relojes inteligentes una solución o un problema más en el debate sobre el uso de dispositivos tecnológicos en la educación? Lo que es claro es que, mientras los niños sigan buscando formas de mantenerse conectados, padres y maestros deberán mantenerse un paso adelante.

n-d.mx